Reseña: Nacidos de la Bruma de Brandon Sanderson
Nacidos de la Bruma es una saga de fantasía escrita por Brandon Sanderson. La serie empezó como una trilogía, pero que luego el autor decidió hacer una nueva (tetralogía en este caso), aunque solo me enfocaré en la primera. La aventura ocurre en Scadrial, un mundo donde cae ceniza constantemente del cielo, las plantas son color café, y brumas sobrenaturales cubren el paisaje cada noche. En la ciudad llamada El Imperio Final reside el supremo señor que controla al mundo desde hace mil años, un tirano inmortal que adoptó el título de Lord Legislador. Los únicos con un plan para detenerlo son un grupo de bandidos que poseen la Alomancia, un poder mágico que les otorga poderes absorbiendo metales.
Lo más destacado de esta serie, y como en todas las escritas por Sanderson, es el sistema de magia. Lo que hace entretenida la Alomancia es que cada tipo de metal produce un poder distinto, desde empujar o tirar de los metales hasta poderes de persuasión, haciendo que las batallas involucren mucha estrategia. Estas están descritas en gran detalle, al leerlas uno siente que está viendo una película. Como videojuego sería fantástico. Un aspecto negativo de este apartado es que este ingenioso sistema sólo se usa en confrontaciones, no se ve que esté integrado en el mundo a un nivel más orgánico con el escenario. Los alománticos no son más que armas, no se ve que se los use para que realicen tareas cotidianas, cosa que me pareció un desperdicio.
Otro aspecto positivo que destaco es que, a diferencia de muchas historias de este tipo, otros personajes que no son la protagonista tienen relevancia y dan su aporte para resolver el conflicto central, claro, hasta que esta se vuelve tan fuerte que al final de los libros solo ella puede resolver todos los problemas.
En la primera novela conocemos a Vin, una niña tímida de las calles poseedora de grandes poderes que ella misma desconoce. Vin conoce luego a Kelsier, un alomántico muy poderoso que le enseñara paso por paso a despertar sus poderes. El principal problema de esta novela es que gasta demasiado tiempo en enseñarle al lector este sistema de magia, los que prefieran leer una historia moverse en lugar de memorizar qué hace cada metal se aburrirán. Otro problema es que no hay villanos memorables. El mismísimo Lord Legislador se llega a conocer hasta recién el final, quienes confrontan a los héroes la mayoría de la novela son sus secuaces, que son criaturas sin conciencia. Dejando esas cuestiones de lado, algo que me encantó de este libro es que no sufre el síndrome de la primera parte, en donde sólo se introducen los elementos que serán desarrollados posteriormente. En esta novela, para cuando termina el clímax todos los conflictos son resueltos y los misterios develados. Tiene una conclusión tan satisfactoria que te hace creer que las secuelas no tienen ya nada que contar… o eso es lo que el autor nos hace pensar.
La segunda novela tiene un ritmo más acelerado, ahora que entendemos las reglas de la Alomancia podemos saltarnos las explicaciones y pasar a la acción. En esta ocasión aparecen otros villanos que, a diferencia del anterior, son humanos, así que tienen una moralidad ambigua y propósitos más identificables. Hay un elemento de intriga política y juegos de poder, los cuales no sirven demasiado, porque al final la protagonista es tan fuerte que puede resolver todo mediante el uso de la fuerza. Aquí la historia hace una subversión al tropo de seguir una profecía. Al terminar la novela te deja la reflexión de que quizás los héroes debieron haber confiado más en sus instintos en lugar de seguir una profecía. Aquellos a quienes identificaban como enemigos a lo mejor los estaban protegiendo de otro enemigo mayor.
El tercero es el más débil de todos porque sufre del síndrome de la tercera parte, que apareció por primera vez con la tercera entrega de la saga de Star Wars. Básicamente, lo único que queda para contar es el final de la historia, pero como tiene que tener un comienzo, nudo y desenlace se trata de rellenar el espacio con tramas irrelevantes hasta llegar a la conclusión definitiva. Por lo tanto, durante dos tercios de la novela no ocurre nada de gran importancia. Brandon Sanderson aprovecha para darle el foco principal a personajes que no habían tenido presencia en anteriores entregas, pero no son complejos o carismáticos así que no llegan a mantener el interés. Sin embargo, la conclusión es impactante. Todos los personajes están involucrados en su propia pelea, pues es el mismo mundo el que corre peligro. La resolución es anticipada al comienzo de la saga y los cabos son resueltos, esta vez de verdad.
En definitiva, es una buena trilogía. No es demasiado larga. Es sencilla de leer, llena de adrenalina y no es superficial. Es mi recomendación número uno para cualquier persona que quiera adentrarse en el mundo de la fantasía moderna. No me sorprende que sea la serie favorita de muchas personas. Contiene elementos religiosos recurrentes que no llegan a ser intrusivos, pues pese el autor a ser una persona religiosa y un apasionado por el género fantástico, tiene una obsesión por que todo los interrogantes de sus historias tengan una explicación lógica. Cada personaje llega a una conclusión argumental definitiva y se los termina extrañando. Pero esperen, si al principio hice mención de que el autor tiene otra saga de Nacidos de la Bruma ¿por qué sería esta una conclusión definitiva? Es porque la secuela actual transcurre más de un siglo después en una era de corte western, es así como pienso que deberían hacerse las secuelas de cualquier serie, el mismo marco histórico pero con un escenario distinto y personajes nuevos. Al parecer Brandon Sanderson tiene planeada dos secuelas más del mundo de Nacidos de la Bruma, una que transcurrirá durante la edad contemporánea y la otra en un mundo futurista, así que aún nos queda mucho para apreciar de este mundo.
Valoración:
El Imperio Final: 3.5/5
El Pozo de la Ascención: 4/5
El Héroe de las Eras: 3/5
Interesante no lo conocía al libro
ResponderEliminarGenial, gracias por esto. Fue interesante.
ResponderEliminar