Mi opinión sobre Brandon Sanderson


Brandon Sanderson es el autor favorito de gran parte de los amantes del género de fantasía. La firma que este autor de Nebraska imprime en cada una de sus novelas las hace irresistible a cualquier persona experimentada o no en el género. Habiendo leído casi toda su bibliografía, puedo concluir que de los muchos atributos que tiene son principalmente tres los que pusieron a Sanderson en su pedestal. Uno de ellos son sus creativos y sistematizados sistemas de magia, el otro es la cantidad de libros que produce y, por último, su estilo directo de escritura. Aprovecharé esta entrada para examinar minuciosamente estos tres aspectos.

En primer lugar, Sanderson es de los adeptos a los sistemas de hard-magic, esto es magia que funciona y puede ser entendida de manera lógica, muy similar a la ciencia. Sanderson expone que en toda obra donde haya magia la solución a los problemas deben ser proporcionalmente iguales al conocimiento de la audiencia. Lo que quiere decir con esto es que para que los personajes salgan de problemas usando magia, ésta tiene que seguir las reglas que se hayan establecidos desde el principio de la novela, cualquier solución sacada de último momento y que no se haya hecho mención anteriormente cuenta como un Deus Ex Machina. De más está decir que los partidarios de las historias de fantasía más tradicional, en los que la magia rara vez se guía por reglas lógicas, están en contra de la cosmovisión de Sanderson, y que por tanto, sus novelas carecen del elemento místico, que sería el epítome de la fantasía como género. Yo, particularmente, no tengo una concepción específica de cómo debería funcionar la magia, estoy en un punto intermedio. Pero sí mencionaré unas falencias en los sistemas de magia de Sanderson que no pueden ser ignoradas. La magia en sus novelas como en Nacidos de la Bruma o Los Archivos de las Tormentas está configurada para que los personajes las usen como herramientas de pelea y puedan tener batallas dinámicas y prolongadas, y que el lector pueda seguirlas por páginas sin perderse. Más que nada, ese es el atractivo de sus novelas, el problema es que la magia parece no tener ninguna otra utilidad. No se ve que esté integrada en el mundo o que produzca cambios sobre este en un plano más ideológico. No se usan en situaciones cotidianas o para propósitos que no sean peleas individuales, razón por la que siempre los problemas se resuelven según quién fue mejor utilizando la magia.


El segundo aspecto por el que Sanderson es tan popular es por su frenético ritmo a la hora de oprimir las teclas de su computadora. Hablamos de un autor que, después de terminar un manuscrito de 1000 páginas, decide tomarse un descansito… escribiendo una novela de 300 páginas. Una vez, anuncio de sorpresa que tenía una historia de 100 páginas había escrito durante su tiempo libre, para así mantenernos entretenidos hasta la publicación de su libro más grande. Sanderson siempre tiene a su público satisfecho con algo nuevo cada año. En el género de fantasía hay muchos autores ambiciosos, pero la ambición no sirve de nada sin la disciplina para cumplirla. Con esto me refiero a los varios autores que anuncian con optimismo proyectos que, se diluyen tanto en el tiempo que se vuelve dudosa la esperanza de que lleguen a cumplirse en vida del autor. Un ejemplo sería George R.R. Martin, que hasta la fecha no ha publicado el sexto volumen de su heptalogía Canción de Fuego y Hielo; aún así, esto no impidió que el autor declarara que, después de sacar el tan esperado sexto libro, no empezaría a escribir el séptimo inmediatamente sino que se enfocaría en algún proyecto menor, como hacer otra historia de Dunk y Egg. Sonará pesimista, pero no creo que esta serie vaya a terminar alguna vez. Otro ejemplo es el autor Patrick Ruthfuss, quien, incluso teniendo la osadía de decir que su trilogía de El Asesino de Reyes sea posiblemente un prólogo de lo que tiene planeado, ni siquiera ha terminado la condenada trilogía; dentro de poco se cumplirán diez años desde la publicación del segundo libro. Por último quiero mencionar a Scott Lynch, que tampoco se queda fuera de esta acusación, aunque en menor grado. Su serie de Los Caballeros Bastardos, que empezó en 2006, tendrá siete volúmenes, de los cuales solo se han publicado tres y seguimos esperando desde hace siete años el cuarto. 


Aclarado esto, Brandon Sanderson… no es de este tipo de autores. Es, al igual que Steven Erikson, ambicioso pero que no ha tenido el infortunio de estancarse. Ahora explicaré cuál es el proyecto que tiene Sanderson en mente, para el que no lo sepa. Muchos autores crean una saga, y una vez que terminan empiezan otra nueva o quizás no. De los que empiezan una nueva saga, algunos autores eligen que la misma, si bien independiente de cualquier otro proyecto anterior, transcurra en el mismo universo ficticio de su saga anterior, ya sea como precuela, secuela o historia paralela. Autores como Robin Hobb o Mark Lawrence han hecho así. Sin embargo, Brandon Sanderson creó el Cosmere, una especie de sistema solar en el que en cada planeta toma lugar alguna novela, serie de novelas o historia corta. El nexo que las conecta entre sí es muy pequeño y no pasa de ser una referencia en cada obra, por lo que cada serie puede ser leída de manera aislada y en el orden en que uno quiera, pero eso está comenzando a cambiar. Ahora que el nombre de Sanderson tiene más peso, las conexiones entre distintos planetas se están haciendo notar más seguido, tal y como pasó en la tercera novela de El Archivo de las Tormentas y otra novela que, por ahora, no mencionaré. No hace falta decir lo ridículamente colosal que es este proyecto, y ningún autor se embarcaría en una empresa a largo plazo como esta. El único capaz de realizarlo sería un escritor constante que no sufra de épocas de bloqueo, tal y como es Sanderson. Y eso que no mencioné que tiene otras novelas que no son parte del Cosmere. Aunque, cabe aclarar que estos son de sus trabajos más mediocres, y la mayoría va dirigida a un público más juvenil. Es como si a las historias que no formasen parte del Cosmere no les dedicara tanta complejidad. He leído unas cuantas de estas historias y no hay mucho que sacar de ellas.    


Por último, el estilo de escritura de Brandon Sanderson es directo, conciso y accesible; sus libros podrán ser demasiado extensos pero te llevan gentilmente de la mano durante todo el viaje. Esto es bueno… comercialmente hablando. Cuando las descripciones son escasas y las metáforas inexistentes, un texto se siente muy seco y carente de vida; pero algo que noté es que Sanderson utiliza el formato escrito de manera puramente cinemática, sus palabras se usan para describir secuencias en lugar de transmitir ideas o emociones, como si sus historias estuviesen planeadas desde el origen en ser adaptadas a un formato audiovisual. Sin embargo, estaría mintiendo si dijese que sus novelas no expresaran ideas, varias de ellas lo hacen, aunque sean los personajes quienes las anuncien al lector. ¿Significa esto que el público de Sanderson es principalmente juvenil? La respuesta es no. Tanto adultos como jóvenes adoran a este autor, y creo que la respuesta a esta interrogante está en su estilo narrativo. Primero que nada, Sanderson tiene ideas innovadoras y complejas que quiere expresar a la hora de escribir, el problema es que la forma en que ejecuta estas ideas en el trabajo final no es buena. Esto es porque trata de simplificarlas para que sean digeribles a su público más joven y le da demasiado énfasis a la acción como método de resolución de conflictos. ¿De qué sirve tener un dilema ideológico si es que todo se resolverá a golpes? Así no funcionan los trabajos maduros.


Para ir dando un cierre, y para responder a la pregunta que se deben estar haciendo, ¿me gusta Brandon Sanderson? Sí. Tal vez más cuando era joven. Era un autor muy fácil de leer y divertido, y como sus libros requerían que leyeras más de 600 páginas y que entendieras cómo funcionaba la magia, me sentía inteligente al decir que era mi autor favorito. Al igual que mucha gente, me inicié en el género a través de sus libros, por lo cual le tengo mucho aprecio, pero no dejaré que la experiencia personal nuble mi juicio y me haga ignorar los errores que comete. Como nota final quiero añadir cuáles me parecen sus mejores historias. No. No son ni Elantris, Nacidos de la Bruma ni Los Archivos de las Tormentas. Son sus cuentos y novelas cortas, específicamente El Alma del Emperador y Sexto del Ocaso. Al ser cortos, estos relatos hacen uso de la magia para motivos de exploración temática en lugar de batallas. Los recomiendo como trabajos de suma calidad.      


       

   


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